30 de julio de 2012

[Agosto] Capítulo 02 - La banda sonora de mi verano

 Mhh... Algo me dice que mamá está usando cebolla xD
 La radio~
  En casa~


Ciaossu~!!
Si bien no es sumamente complicado traducir algo, y si bien Agosto es un fic que ya está completo, no tiene gracia que les dé todos los episodios de una sola vez xD Así que, a comerse las uñas D: y a escuchar las canciones de fondo como les dije ;3
Enjoy~ ♥




Título: Agosto.
Fandom: Johnnys.
Autor: nekoism / c0nfabulati0n
Pairing: OhYasu [Okura Tadayoshi x Yasuda Shota].
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, romance, drama.
Rating: PG-13
Capítulos: 02 / 10
Sinopsis: Finalmente el personaje detrás de un nombre de usuario tiene rostro. Finalmente, esas dos personas se encuentran. Pero quizás, hayan confesiones que no hagan más que agitar el alma del otro.
Canción: Boys like girls - Thunder


Tadayoshi quiere crecer.
Shota está cansado de crecer.
En un día soleado ellos se conocen a mitad de camino... conectados.




Capítulo 02: La banda sonora de mi verano


Agosto apenas ha empezado. Apuntando merecido final del personaje.

La identidad offline del nombre de usuario think_green es Tadayoshi Okura, un luchador estudiante de secundaria alta. De acuerdo a nuestras conversaciones pasadas, él celebró su decimoséptimo cumpleaños el pasado Mayo. Él tenía esa aura fría en la cual no puedes ingresar, así que me quedé callado y observé el lugar mientras él me llevaba a su departamento.

El hotel entero estaba inquietantemente silencioso. Mi garganta estaba seca mientras caminábamos por los vacíos pasillos camino a su cuarto, que estaba en la punta del piso veinte. Inmediatamente, nos sentamos en un par de sillas  a la derecha del piso y sumisamente nos miramos el uno al otro. Él tenía esos penetrantes y observadores ojos que parecían mirar todo lo que hacía. Yo, por otro lado, trataba de hablar con él, pero todo lo que obtuve fueron monosílabos estando de acuerdo o lo contrario. Ver a una persona con la que no podía hablar en mi presencia me hacía enfadar y quería hacerlo hablar, porque nunca había estado con alguien que se mezclara tan bien con la tranquilidad. No es que yo no fuera tranquilo, pero estar en un lugar silencioso sólo me hacía poner nervioso.

Él agarró su teléfono celular y llamó a un amigo.

“Buenas… Eh, Ryo, necesito algo de ayuda por aquí.”

Después de todo, él me pasó el teléfono. “Mi amigo Ryo quiere hablarte.” Susurró.

“¡Hola, Sho-chan!” Una alegre voz al otro lado de la línea. Sí, Ryo. Él es otro personaje que conozco online, alguien que escasamente comentaba en mis entradas y con quien había hablado varias veces por chat. Y es compañero de clase y mejor amigo de Tadayoshi.

“Eh, hola.” Sonreí sólo en caso de que él lo viera.

“Perdón, se suponía que iría con mi desprotegido amigo, pero tengo un asunto familia justo ahora.” Explicó fríamente.

“Está bien.”

“OYE, tú, habla con él.” Oí que regañó a la persona frente a mí, y Tadayoshi hizo una cara.

“Estoy dando lo mejor de mí.”

“En serio, ahora.” Dijo la voz, incrédulamente. 

“Sí lo hago. De todas formas.” Él me dio la espalda y empezaron a hablar de otro tema. Entonces, colgó. Él siguió cada uno de mis movimientos con sus ojos.

Me quedé de pie en el centro de su cuarto, sentí sus ojos ardiendo sobre mi nuca.

Se levantó y me ofreció una bebida. Me regañó por haber caminado tanto y le expliqué lo sucedido. Un poco más tarde él dijo un chiste que yo no entendí.

Lo siguiente que supe fue que él estaba riendo. Le devolví una sonrisa estúpida. Él cerró su boca con un audible click.

Estos fueron momentos secos.

“Entonces, ¿qué es lo que deberíamos hacer ahora?”

“¿…silencio?” Reí, y él solo sonrió y sacudió su cabeza, era obvio que no podía pensar en algo qué decir.

Su vista se detuvo en el refrigerador. “Mi hermana tiene un pedazo de torta helada aquí. ¿Quieres un poco?”

“No, gracias.  Recién comí.”

Silencio. Quería romperlo con un chiste o contarle un montón de historias. Usualmente hago eso frente a mis amigos. Pero aquí estoy, reducido a nada más que un sólido pedazo de silencio.

“Bien, yo y mis inexistentes habilidades sociales. Jajaja.” Él mantuvo su vista sobre el techo. Mientras, me fijé en mi celular si alguien me había enviado un mail

Nada.

Mi corazón estaba  latiendo rápido, sabe Dios por qué. Quizás el entorno estaba contribuyendo a mi timidez.

Quizás.

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Le pedí que pusiera de fondo algunas canciones de nuestra banda favorita, a lo que él accedió alegremente.

“¡Guau! Este lugar es enorme. Imagino que esto debió haber costado un montón.” Reflexioné en mis susurros, aflojando tan pronto hubo música suave de fondo.

Él afirmó, diciendo que los muebles y el espacio en sí, costó seis millones de yen.

Me levante cómicamente. “CARAJO. No merezco estar en este lugar.” El estudiante me miró y sólo esbozó una hermética sonrisa. Seguí probándolo en su lugar.

“No es de extrañarse que sea cara. Tu cama es tan suave.” Puse un poco de peso sobre su cama, y noté que era una cama de agua.

“Puedes sentarte si quieres.”

Miré la cama y después a él por un rato. Para su pura sorpresa, buceé en su cama y me puse todas las frazadas encima.

El sonido de una risa fresca sonó en mis sentidos. Lo miré y lo vi esbozar esta sonrisa feliz. Cuando lo noté, él volvió a su sonrisa hermética.

Me senté en la cabecera, y él se sentó al lado mío, abrazando una almohada contra su pecho en caso de defensa.

Otro lapso de silencio. Demonios, ¿cuándo terminará el silencio?

“Tú… tienes manos enormes.” Empecé a notar las cosas más extrañas por no tener mejores cosas que hacer.

De pronto, él puso su mano derecha sobre la mía, como si estuviera midiendo la diferencia. Ese fue un momento en el que no hubo palabras pronunciadas y sólo nos miramos el uno al otro por unos buenos treinta segundos. Él desvió la vista y miró las cortinas meciéndose suavemente por el aire acondicionado.

“En realidad, mis padres no saben que tengo un visitante.” Una pausa. “Ellos son de esa gente que tienen la mente cerrada. Creen que sólo tengo amigos dentro de la escuela.”

No saben que estoy conectado, que conozco gente conectado… Hablando de eso, tú eres la… segunda persona que he conocido.” Otra pausa, y anhelé poder oírlo un poco más.

Suspiró. “De todos modos, ellos regresarán a la una de la tarde para recogerme.”

“¿EH? Entonces, esto es…”

“Una cita secreta, si no te molesta llamarlo de ese modo.”

“Tú eres Rapunzel.”

Mi broma flaqueó pero él notó mi caída y rió. Es agradable verlo reír, me dije a mí mismo.

“No te preocupes mucho; ellos me llamarán cuando estén en el edificio.”

“¡P- Pero! ¿Y si ellos abren la puerta?” Apunté en forma graciosa a la enorme puerta a nuestra izquierda.

“Entonces, puedes saltar por la ventana.”

“Eso sería una situación genial.”

Otra risa. Noté que quería hacerlo reír aún más.

“Honestamente, no sé qué decir. Juro que soy más hablador cuando estoy solo.” Admitió él, finalmente.

Sonreí. “Quizás debas pretender que soy una pared, así puedes hablar a corazón abierto.”

“Me vería loco de esa forma, ¿no?”

“Ese es el punto exactamente.”

Él miró mientras me tendía en su cama y abrazaba a una almohada. “Demonios, podría dormir aquí por siempre.”

Lo vi sonreírme. Sentí que rompí el hielo. Esperaba que él también lo hubiera sentido.


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Saltó una milla cuando puse una mano sobre su rodilla doblada para tener su atención. Había estado distraído por unos tres minutos. Estaba cantando con la música de fondo, aún tendido en su cama pero mirando hacia su lado observándolo con cautela.

“¿Tienes un hermano?”

Asintió con la cabeza. “Pero ella no es exactamente un hermano. Tú sabes… ¿un hermano-hermana?”

Fruncí un poco el ceño, “¿A qué te refieres?”

Hizo una pausa para encontrar alguna explicación. “Es más como si fuera un hermano atrapado en el cuerpo de una mujer…”

Vacilación. “En realidad, intercambiamos lugares.” La mirada que me dio estaba llena de ese significado mientras su voz se apagaba. Busqué lo que seguía en sus conmovidos ojos. Él cerró con fuerza sus labios.

Treinta segundos antes de que lo notara. Él había exclamado su inclinación sexual sin esa mera declaración.

“Oh.” Me quedé boquiabierto. No sabía qué más decir, pero definitivamente no lo desprecié por eso.

Lo vi abrazar su almohada con más fuerza. Silencio.

De pronto, me pareció tan herido. El aire a nuestro alrededor se había vuelto sofocante.

“Pero, sólo… asegúrame que no serás gay para mí. Por favor, sólo… no.” Reiteré en forma de broma, completándolo con unas señas con las manos.

Él me miró de nuevo con esos ojos conmovidos y dijo, solemnemente, “Lo prometo.”

Deseé nunca haberle dicho eso.

Cinco minutos más tarde, me levanté y me arreglé la ropa. “Oye, dame un mini tour por tu hotel.”

“Buena idea.” Sonrió y esperé que hubiera sido una sonrisa genuina.


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Mientras caminábamos por el hotel, nunca estuve más convencido de tener mi propio cuarto una vez hubiera ganado un montón de dinero.

La parte que más disfruté fue cuando llegamos a la azotea, que era lo suficientemente grande como para que un helicóptero aterrizara. Soy un idiota para las vistas panorámicas de vista de pájaros.

Miré a mi costado. Él estaba parado en el borde, mirando la cargada autopista debajo suyo como si no le temiera a la muerte.

Si el cae, yo lo salvaré.


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“Pensé en almorzar en el cuarto.” Expliqué. “Pero, por otro lado, tengo veintitrés. Tus padres podrían…”

“Podemos almorzar en la cafetería.” Ofreció, y yo nunca me negué a tan buena propuesta por parte de alguien. Después de todo, no tendría esta oportunidad en un largo tiempo.

Ordené mi bowl de arroz favorito. Él ordenó pasta. Para mi diversión, el aire pesado a nuestro alrededor, desapareció. Él empezó a hablar de sí mismo… de su familia, especialmente del hecho que son muy rectos y severos y no tienen una charla animada mientras están comiendo.

Sucede exactamente lo contrario en la mía, le dije. Y me dijo que era un maldito afortunado por tener una familia así.

Me imaginé cuán solitario debía ser.


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“La una de la tarde llegó.” Declaré, apuntando a mi reloj de muñeca. Llegamos a la planta baja. Ambos tuvimos que volver a la realidad.

Lo oí respirar antes de mirarme y decir, “Nos vemos”. Después, me fui.

Cuando hubo una distancia apropiada, me volví para mirarlo. No me estaba mirando. Él regresó corriendo a su cuarto, por miedo a la llegada de sus padres.


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Nunca hubo una correspondiente despedida.


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Esa noche, estuvimos conectados.

Estaba atendiendo mi trabajo de tipeo. Saltó una ventana con su mensaje privado, y como siempre, mis responsabilidades desaparecieron en el aire.

El aire de nuestra charla esa noche fue diferente.

El tema: su menospreciada vida amorosa.

Él prefirió no usar ni cámaras web ni micrófonos esa noche.

Entendí el propósito. Podía imaginar oír su alegre y baja voz y su seca y dolorosa risa mientras contaba las veces que su corazón había sido pisoteado, cuando hizo malas decisiones, cuando terminó por no hablar cuando había llegado el momento de confesarse.

“Quizás esto sirva como apertura de que estoy dispuesto a escuchar tu vida amorosa, tu vida laboral… la vida que sea que tengas.” Tipeó para finalizar.

“Gracias, Tadayoshi. Gracias por compartir conmigo esa parte tuya.”

Él me respondió con una emoticon riéndose cuando lo llamé por su primer nombre.

Me dijo que ninguna persona no cercana lo llamaba de ese modo. Ni sus padres lo llamaban por ese nombre, como si fuera una palabra maldita.

“Entiendo. Te diré mis historias una vez tenga alguna.” Escribí.

Pero, ¿qué historias le contaré? ¿Qué podría esperar? Soy un hombre que nunca se movió, que nunca cambió.

“Buenas noches.” Su mensaje apareció en mi pantalla.

:abrazo:

Pero él se había desconectado. Me pregunté si había recibido mi mensaje.

Al mismo tiempo, deseé haber hecho eso en la realidad.


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Una semana más tarde, llegué a su blog.

Una nueva entrada.

Aquí miento en los mensajes de la gente con la que no he hablado mucho, y uno con quien hablé recientemente. Tienen nombres en código, pero tú eres el ÚNICO que puede ver esta entrada. Considérate afortunado (o todo lo contrario) si lo haces.

“Eso me hace afortunado, ¿eh?” Dije en voz alta mientras bajaba por la página.

Para: El amante del eco

¿Narciso?

Tu cumpleaños es bien recordado por los americanos.

El 11 de Septiembre ocurrió el tan conocido bombardeo a las Torres Gemelas. En efecto, SOY yo.

Lo siguiente que leí fueron las oraciones más dulces que había leído en toda mi vida. Parecían oraciones de una blanda historia de amor, pero no me importó. Aunque no fuera verbalizada, sentí la sinceridad.

He sido fanático tuyo desde hace un tiempo, pero recientemente hemos empezado a hablar mucho más. Hablar contigo me calma mucho. Ahora mi mundo está rotando sobre su propio eje. He vuelto a mi sano estado mental… pero tengo que decirte que hay momentos en lo que pienso ser gay para ti. (Pero eso no sucederá, te lo aseguro, otra vez.)

Gracias. Ni siquiera puedo ponerlo en palabras correctas. Realmente, gracias. Gracias.
A propósito, la agitada persona en mi cama de agua fue divertido de ver. Espero que caigas pronto de nuevo.

No respondí a su entrada. Me guardé la satisfacción para mí mismo.


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Tadayoshi no fue capaz de tranquilizarme después de eso. Y yo tampoco me sentí así.

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