9 de septiembre de 2012

[Double U] Capítulo 02 - Cita

 Con sueño ><
 関ジャニ∞  - 愛でした。
 En casa ^^


Cioassu~!!
Con mis vecinos martillando quién sabe qué cosa y mi conexión a Internet andando mal, los dejo con el segundo episodio de Double U... Cuando mi módem me permita postearlo xD
Enjoy~ ♥





Título: Double U.
Fandom: Johnnys.
Pairing: IkuTego [Ikuta Toma x Tegoshi Yuya], OkuMassu [Okura Tadayoshi x Masuda Takahisa], RyoPi [Yamashita Tomohisa x Nishikido Ryo] (pero nadie dice que no pueden haber más ;3)
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, romance.
Rating: PG-13
Capítulos: 02 / 09
Sinopsis: Aunque al principio Yuuko aceptó salir con Toma por lástima, quizás las cosas cambien radicalmente a último momento, conforme la cita avance...


Notas
• El traje de cosplay de Card Captor Sakura que se menciona es este. Y el opening, este.
• La ropa usada por Yuuko es la que Tego usa en el panfleto del último concierto de NEWS (a esto agréguenle el jean y las botas que menciono xD)




Capítulo 02: Cita



Apenas Ryo abrió la puerta del departamento, Aya estalló en carcajadas, generando una expresión de sorpresa en el recién llegado.
- Vaya… Parece que todos tuvimos un buen día.
- Yo no lo tuve – Musitó Yuya, acostado boca abajo en el sillón del living.
- ¿Qué le sucedió? – Le preguntó a la muchacha, quien estaba sentada sobre la silla en torno a  la mesa, mientras Ryo, desabotonándose la camisa, buscaba algo de beber.
- Se le declararon… a Yuuko.
- ¿Ah, sí? – Dijo, bebiendo un sorbo de agua -. ¿Y qué tiene eso de malo?
- Que fue un compañero suyo de la universidad.
La respuesta de Aya hizo que Ryo terminara por escupir parte del agua que había bebido.
- ¿Qué…?
- No es UN compañero, es EL único amigo que tengo – Aclaró Yuya, levantándose del sillón sólo para decir eso -. ¿Por qué me pasa esto a mí…?
- ¿Por qué no sales con él?
- ¡¿Eh?!
- No es mala idea – Reconoció Aya -. A ver si con eso se nos encarrila el chico.
- ¿Qué quieres decir con eso? – Preguntó Yuya, inflando las mejillas.
- Yu-kun, ¿cuándo vas a reconocer que te gustan los hombres? – Preguntó la muchacha.
- ¡No me gustan!
- ¿Hace cuánto que no sales con una mujer? – Preguntó Ryo, sentándose en la mesa ratona frente al sillón donde él estaba.
- ¿Tengo que llevar la cuenta? – Preguntó Yuya.
- A ver, déjame reformular la pregunta: ¿hace cuánto que no te acuestas con una mujer? – Recibió un almohazado por parte del rubio, oyendo ambos la exagerada risa de Aya -. Al menos, dime que no eres virgen.
- ¡Claro que no! – Exclamó el aludido, sin siquiera mirarlo.
- Bueno… Reitero que no es una mala idea…
- Pero yo no quiero…
- ¿Y qué piensa Yuuko? – Le preguntó Ryo.
- Lo mismo que yo…
- Bueno, yo me voy a casa – Dijo Aya -. Necesitaba quedarme para ver esto – Camino a la puerta, la muchacha volvió su vista a Ryo -. Oye, ¿y cómo te fue?
- Ah, me contrataron.
- ¿Ehhh? ¡Felicitaciones! – Se alegró la muchacha, lanzándose encima suyo.
- Ay, cuidado la mesa. ¡La mesa!
- Me voy a dormir – Susurró Yuya, levantándose, bajo la mirada de sus amigos.
- Creo que se enojó – Dijo Aya, lanzándose al sillón, una vez ambos oyeron la puerta de su cuarto cerrándose.
- Bueno… Creo que es como si uno de nosotros le dijéramos que nos sentimos atraídos por él, ¿no lo crees?
- Sí…

Toma entró al salón. Lo normal era ser el primero, por lo cual aprovechaba para releer o revisar los apuntes del día, pero esta vez, vio a Yuya sentado, con ambos brazos apoyados sobre la mesa, y su rostro encima de ellos, durmiendo.
- Tegoshi – Lo llamó, meciéndolo suavemente. El aludido se despertó, levantándose de un salto al reconocer a Toma -. Buen día – Le dijo el morocho, sentándose a su lado -. ¿No fuiste a casa anoche?
- Claro que sí – Dijo Yuya, acomodándose los lentes de sol.
- ¿No dormiste bien?
- No, algo me daba vueltas en la cabeza y no pude dormir.
- Qué mal – Dijo Toma, sacando unos apuntes de su mochila -. ¿Sucede algo? – Le preguntó, con una sonrisa, al notar que Yuya lo miraba.
- No, nada.
Toma estaba por leer, pero, arrepintiéndose, suspiró.
- Yo tampoco pude dormir.
- ¿Por qué?
- Me quedé pensando en Yuuko-chan. ¿Crees que esté bien que le pida una cita? – Su oyente frunció el ceño -. No, ¿no? – Yuya se agarró la cabeza -. Perdón. Tú dormiste mal y yo molestándote con mis asuntos amorosos. Realmente, lo siento.
Volvió a sus apuntes, bajo la mirada de su compañero. De alguna forma, le dio lástima la situación y el mismo Toma.
- ¿Por qué no vas al lugar donde trabaja? – Le dijo el rubio, por lo que el aludido lo miró -. Si es cosplayer, puedes pedir algún traje para… una amiga, una prima… Y que se lo pruebe ella porque quieres ver cómo queda…
- Eres genial para estas cosas, Tegoshi.
- Sólo… se me ocurrió.
- Hoy mismo iré, para acercarme más a Yuuko-chan.
Yuya sonrió, dándole gracia esa última frase.

- Buenas – Saludó Aya, entrando a Shibuyan.
- Ah, mira que Yuuko ya vino – Dijo el encargado del lugar.
- ¿Eh? Qué raro que llegue antes que yo. De todos modos, no falta mucho para la hora del almuerzo. Voy a ver qué quiere hacer.
- De acuerdo.
- Yuuko-chan – La llamó Aya, entrando a los vestuarios -. Ah, aquí estás. ¿Qué vas a hacer? Voy yo a la plaza.
- No sé – Suspiró la muchacha.
- Ay, Yuu-chan, ¿sigues con eso? No te mortifiques – Dijo Aya, palmeando su espalda.
- No es eso…
- Buenas tardes – Se oyó al otro lado, una voz desconocida -. Quisiera ver unos trajes de cosplay femeninos.
- Buenas tardes – Dijo Subaru, al recién llegado, oyendo tanto Aya como Yuuko la conversación -. Bueno, como verás, tenemos muchos, ¿es para su novia?
- No, no – Negó el comprador, con una media sonrisa -. Es para mi prima… Cumple… 14 años…
Yuuko abrió sus ojos bien grandes, mientras intentaba decirle algo a Aya con un extraño movimientos de manos.
- ¿Qué te sucede?
- ¡¿Es Toma?! – Le dijo, en voz baja.
- ¿Toma?
- ¡El que está enamorado de mí! Bueno… No de mí… ¡De Yuuko! – Prosiguió, sin levantar la voz.
- ¡¿Ehhhhh?! – Exclamó Aya, cubriéndose la boca con ambas manos, segundos después -. Perdón…
- ¿Qué hacen ustedes aquí? – Preguntó Takahisa.
- ¡Massu, Massu! – Lo llamó Aya -. Sal y dime cómo es el sujeto que entró.
- ¿Eh…?
- Por favor – Le pidió la morocha.
El pelirrojo se asomó del pasillo, viendo a Subaru mostrándole varios trajes a Toma.
- Es… normal.
- Gracias por la descripción.
- No está muy errado – Rió Yuuko -. Ikuta-kun es un chico común.  
- Bueno, tú ve a almorzar con Massu, yo salgo a repartir los folletos – Dijo Aya, rápidamente antes de desaparecer de la vista de ambos.
- Ah, espera… Espera… ¡Oo-chan! – Suspiró -. Se fue…
- Subaru, yo me voy – Dijo Aya, acercándose a ambos.
- Ah, está bien – Dijo su jefe, volviendo su vista a Toma -. Entonces, iré a llamar a la otra muchacha para que se pruebe los trajes.
- Está bien – Dijo Toma, percatándose de la mirada inquisidora de Aya -. ¿Sucede algo?
- Ah, no nada – Negó la aludida, saliendo luego del local.
- Masuda-kun, ¿puedes llamar a Yuuko-chan? – Le pidió al aludido, que acomodaba unas cajas sobre unos estantes -. Necesito que se pruebe unos trajes.
- Ok – Dijo el pelirrojo, mirando a Toma. Apenas al entrar al pasillo que conducía a los vestidores, encontró a la muchacha, apoyada contra la pared -. Te… llama Subaru…
La aludida asintió y salió de su escondite.
- ¿Sí…? - Preguntó tímidamente.
- Mira, este muchacho quiere un traje para su prima, pero vive lejos de aquí y venir a hacer un cambio si le queda mal, no le conviene, ¿podrías probarte estos trajes?
- Ah… Sí…
Yuuko agarró los trajes que descansaban sobre la mesa. Agradeció que todos fueran de Card Captor Sakura y no de Aika. Con cada cambio de traje, Yuuko notaba que la expresión de persona enamorada en Toma era cada vez más notoria, expresión que claramente, le incomodaba.
- Ya sé – Dijo Subaru -. ¿Por qué no le pides a Masuda-kun que te alcance el de Platinum?
- ¿El del tercer opening? – Preguntó Yuuko.
- Sí. Ese es el traje más flexible que tenemos. Estoy seguro que le gustará.
- Está bien – Dijo la muchacha, bufando. Se acercó a Takahisa, que acomodaba unos trajes en unas cajas, en los estantes más altos -. ¿Me pasas la caja de Platinum?
- Eh – El muchacho miró a Yuuko y luego a Toma, quien no le había quitado la vista de encima -… ¿Seguro que quieres que te la pase, Yuuko-chan? Pesa mucho.
- Bueno, bájala tú, entonces – Dijo, visiblemente molesta.
- Qué humor que tienes hoy – Le dijo su amigo, bajándole la caja y llevándola hasta los vestuarios.
Al poco tiempo, Yuuko apareció vestida con mencionado traje, dejando a Toma boquiabierto.
- Es…
- Es perfecto, ¿no? – Dijo Subaru, orgulloso de su empleada. Con un ademán, la hizo girar para mostrarle a Toma la parte de atrás -. Como verás tiene velcro y se pega perfecto a la tela del corsé, por lo que es muy flexible y se adapta a cualquier cuerpo.
Subaru pasó con fuerza las yemas de sus dedos por la espina dorsal de Yuuko, mostrándole a Toma que el velcro no se desprendía fácilmente, pero, al imitar Toma el gesto, Yuuko lo notó y se alejó.
- Ah, lo siento – Se apenó Toma.
- No…, no hay problema – Dijo la muchacha, con una fingida sonrisa.
- Me lo llevo – Le dijo Toma a Subaru, bajo el ceño fruncido de Yuuko.
- Perfecto – Dijo Subaru -. Masuda-kun, ¿podrías mostrarle un traje sin abrir para que vea que es igual a este?
- Sí, señor – Dijo el pelirrojo.
Yuuko se dio media vuelta dirigiéndose a los vestuarios.
- ¡Eh…! – La llamó Toma, por lo que la muchacha se volvió.
- ¿Quieres… Quieren… ir a almorzar? – Preguntó.
- Tiene razón – Dijo Takahisa, terminando de guardar la bolsa con el traje en otra bolsa todavía más grande y mirando luego la hora en su reloj -. Ya es hora de almorzar.
- Eh – Dijo Toma, mirando a Yuuko.
- Yo me quedo aquí – Dijo Subaru -. Yo tengo mi almuerzo aquí.
- Entonces – Yuuko volvió a mirar a Toma, notando que le sería imposible escaparse de él.
- Me cambio y vamos – Respondió secamente la muchacha.
- Está bien – Dijo el morocho, con una sonrisa.
Takahisa siguió a Yuuko una vez le entregó al satisfecho cliente el traje que había comprado.
- ¿No crees que fuiste un poco grosero con él, Tegoshi?
- Massu… No me hables.
- Pero después me explicas qué sucede con ese tipo.
- Está bien, está bien.

Los tres entraron al restorán donde Takahisa solía almorzar con Yuuko. Toma les dijo que escogieran una mesa mientras él iba a pedir los menús.
- Y bien, ¿quién es ese tipo? – Preguntó Takahisa.
- Es mi compañero de la universidad – Respondió en voz baja, Yuuko, cubriéndose con una servilleta.
- ¿Ikuta?
- Sí.
- ¿Por qué te cubres el rostro? – Volvió a preguntar, riendo.
- ¿Recuerdas el amigo de Osaka que te dije que venía?
- Sí…
- Lo contrataron en este restorán.
- Y… Sabe que…
- Sí, pero me dijo que ni se me ocurriera aparecerme frente a él vestido así.
- Y, ¿qué sucede con este tipo Ikuta?
- Está enamorado de Yuuko.
- ¿Eh?
La muchacha suspiró.
- Aquí tienen – Dijo Toma, entregándoles los menús.
- Gracias – Agradecieron ambos. Toma se sentó al lado de Yuuko, ante la mirada cómplice de Takahisa.
- ¿Qué van a ordenar? – Preguntó Tadayoshi, acercándose a la mesa.
- Gyoza – Respondió Takahisa, generando su sonrisa.
- Curry – Ordenó Yuuko.
- Que sean dos – Dijo Toma.
- Muy bien – Dijo el mesero, anotando los pedidos en una pequeña libreta.
 - Ah, Okura-san – Lo llamó Takahisa -. ¿Puede ser dos gyozas de Yokoyama-san, dos de Murakami-san y dos de Nishikido-san?
- Yo dije que Ryo-chan no los iba a defraudar – Dijo Tadayoshi.
- Gracias por la invitación – Le agradeció Takahisa a Toma.
- De nada. Ah, ahora que lo pienso, los estoy invitando a almorzar pero ni siquiera me presenté. Mi nombre es Ikuta Toma.
- Yo soy Masuda Takahisa – Dijo el muchacho -. Y ella es Te…
- Yuuko – Lo interrumpió la muchacha -. Mi nombre es Yuuko.
- ¿A qué te dedicas Ikuta-kun? – Preguntó Takahisa.
- Estudio en la Todai – Respondió el aludido.
- Ya veo – Dijo Takahisa, mirando de reojo a Yuuko, quien parecía querer más que la tierra se la tragara que seguir estando allí.
- Aquí tienen su pedido.
Al reconocer la voz de Ryo, Yuuko cubrió su rostro con el menú, volviendo a recuperar la compostura cuando el muchacho se fue.
- Oye, Okura, ¿quién es esa chica? – Le preguntó, con una sonrisa.
- Es Yuuko, es una compañera de trabajo de Masuda-kun… ¿Por qué?
- Se me hace conocida de algún lado…
- Reparte folletos en la plaza. Si vienes por ahí, es posible que la hayas visto.
- Mhhh… Puede ser…
El almuerzo pasó ameno, salvo por la intranquilidad e incomodidad de Yuuko.

La hora del almuerzo terminó y Toma acompañó a sus invitados de vuelta a Shibuyan.
- Gracias por todo – Dijo Takahisa, entrando rápidamente al local para dejarlos solos.
- Yuuko-chan – Llamó su atención el morocho -. ¿Te parece mal si… intercambiamos números de celular…? – Preguntó Toma tímidamente.
De nuevo, esa situación le daba lástima.
- No, para nada – Dijo la muchacha, suspirando y sacando de su pequeño bolso color ocre un celular rosa decorado con stickers de gemas.
- Gracias – Dijo Toma, con una sonrisa.
- De nada, Ikuta-kun.
- Toma. Puedes llamarme Toma.
- Toma-kun – Repitió Yuuko, generando la sonrisa en el aludido.
- Perfecto. Entonces…, te mando mensaje…, Yuuko-chan. Ah. Perdón.
- No, está bien. Yuuko-chan está bien – Dijo la aludida, sonriendo por el desliz del morocho.
- ¿Te aburriste?
- ¿Eh?
- Tuviste una cara seria durante todo el almuerzo.
- ¡Ah! No, no. No fue por eso. La pasé bien, en serio.
- Tienes una linda sonrisa.
- ¿Eh? – Yuuko lo miró. Pudo notar la sinceridad en sus ojos -. Gra… Gracias…, Toma-kun. ¿No se te hace tarde?
- ¿Eh?
- Para volver a tu casa – Respondió la muchacha -. Dijiste que quedaba lejos de aquí.
- Ah, sí, sí, sí. Me voy.
- Cuídate – Lo despidió Yuuko, entrando a Shibuyan una vez Toma estuvo lo suficientemente lejos.

De: Ikuta Toma-kun
¿Te llegó? :)

Para: Ikuta Toma-kun
Perfecto (⦁⥿⦁)v

Yuuko suspiró, sin saber muy bien qué estaba haciendo.

Hasta mucho después de llegar a casa, los intercambios de mensajes con Toma siguieron, no sólo con Yuuko, sino también con Yuya, a quien le contaba qué conversaba con la mujer de sus sueños.

De: Ikuta Toma-kun
¿Tienes planes para mañana?

Para: Ikuta Toma-kun
¿Por qué lo preguntas? .//////.

De: Ikuta Toma-kun
Como dijiste que tienes el día libre, pensé que podríamos salir a algún lado.

- Una cita… ¡¿Una cita?! – Exclamó Yuya, levantándose de la cama donde había estado acostado desde que llegó de Shibuyan para salir del dormitorio, encontrándose con un recién llegado Ryo, quien lo miró con el ceño fruncido -. Ci… Ci… Ci… Cita – Tartamudeó. Su amigo le hizo una seña con una botella de agua para que se explayara, pero Yuya, lejos de poder hacerlo, se acercó a él y le entregó el celular perteneciente a Yuuko, el cual Ryo examinó de arriba abajo -. ¡Lee el mensaje!
- De acuerdo, de acuerdo - Dijo el morocho, leyendo finalmente el bendito mensaje -. Ah… Cita… ¿Con Ikuta?
- ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? – Preguntó el rubio, rascándose la cabeza, dando vueltas por toda la cocina.
- ¿No dijiste que no ibas a salir con él?
- Sí, pero… Me dio lástima…
- ¿Estás esperando a que se enamore de ti para rechazarlo?
- Ya está enamorado de mí, que es muy diferente.
- Ah, es verdad – Dijo Ryo -. Sal con él.
- ¡¿Eh?!
- ¿Qué tiene de malo? A ver si se te pasa un poco el estrés.
- Pero…
- Vamos, Tegoshi, será divertido – Lo alentó su amigo, terminando de beber agua para dirigirse a su cuarto.

- ¡Hola! – Saludó Toma a Yuya, asustándolo.
- Qué raro que llegues a esta hora… y con tanta alegría encima – Agregó, al ver la enorme sonrisa de su amigo.
- Anoche te dormiste en la mejor parte – Dijo el muchacho, buscando un mensaje de texto.
- ¿Anoche?
- Sí, hubo varios mensajes que no me respondiste, así que supuse que ya estabas durmiendo…
- Ah… Sí… Me dormí – Yuya recordó que había olvidado responder casi cinco mensajes de su teléfono celular, ya que por cada cinco mensajes recibidos, eran quince en el de Yuuko, y con sólo dos manos, se le dificultaba responder ambas cosas.
- Mira – Le dijo Toma, entregándole su celular para que leyera un mensaje.

De: Yuuko-chan
De acuerdo( ≥^_____^≤) ¿Dónde nos vemos?

- Esto es…
- Yuuko-chan aceptó salir conmigo – Dijo Toma, con una sonrisa.
- ¿Sí?
- Sí – Respondió el morocho, estirándose hacia atrás -. Estoy tan feliz.
- Y nervioso, me imagino.
- Por supuesto que sí. No sabes hace cuánto tiempo que vine deseando esto.
De nuevo, estaba sintiendo lástima por él. Con cada palabra, se le notaba cuán enamorado estaba de Yuuko.

- ¡Perdón! - El lugar de encuentro había sido el distrito comercial. Como al menos Yuuko estaba empapada de la cultura otaku, Toma pensó que Akihabara sería el Paraíso para ella, por lo que decidió encontrarse para ir ambos en tren hasta ese lugar. Al oír su voz, se dio media vuelta, encontrándose con la agitada Yuuko, que había llegado corriendo desde quien sabe dónde -. Llegué tarde, ¿verdad?
Toma se la quedó mirando. Llevaba una remera sin mangas color blanco, un sweater tejido del mismo color, un pantalón de jean de un color gastado y unas botas negras. A sus espaldas llevaba una pequeña mochila negra. Su cabello azabache estaba apenas atado en una media cola, y varios mechones rebeldes se habían pegado a su rostro culpa de la agitación de la carrera.
- Eh… No… No hay problema – Dijo Toma -. Estás… hermosa – Yuuko lo miró, con los ojos abiertos como platos, sintiendo sus mejillas ardiendo por tal comentario -. Ah, ¡perdón! No pude evitarlo.
- N… No… Discúlpame tú a mí… Es que… no suelen decirme esas cosas.
- ¿En serio? Por favor, no me mientas, Yuuko-chan.
- No estoy mintiendo – Dijo la muchacha, sonriendo -. La mayoría de la gente me dice linda o bonita, pero por el traje que estoy vistiendo.
- Yo también te vi con un traje de cosplay y para mí, la más hermosa es la Yuuko-chan que estoy viendo ahora.
Esta vez, Yuuko sintió que su sonrojo fue acompañado de un salto de su corazón. Tanta sinceridad de Toma iba a enloquecerla si no cambiaban el rumbo de la conversación.
- Bueno… Ya fue suficiente de halagos, ¿o es que quieres que termine haciendo el cosplay de un tomate sin necesidad de un traje?
- Perdón, perdón. Entonces, intentaré reservarme los comentarios.
Ambos abordaron el tren con dirección a Akihabara.
- ¿Cómo te fue en la universidad? – Preguntó Yuuko.
- No pude prestar atención absolutamente a nada – Reconoció el morocho.
- ¿Y eso? No sé mucho de la universidad, pero es un asunto difícil, ¿no?
- Fue tu culpa.
- ¿Mía? – Preguntó Yuuko, sonriendo.
- Sí. Estuve pensando toda la noche en esta cita y hoy no pude concentrarme.
- ¿Eso quiere decir que tendré que esforzarme para que tengas una buena cita?
- Exactamente.
- No te preocupes. No permitiré que te olvides de esta cita, Toma-kun – Dijo Yuuko, con una sonrisa.
Apenas pisaron Akihabara, Yuuko lo hizo recorrer todos los locales que pudo, terminando por conseguir una figura de Kinomoto Sakura con el traje que Toma había comprado en su lugar de trabajo.
- ¿Qué te parece? – Le preguntó Toma, caminando junto a Yuuko ya lejos de la estación de tren.
- ¿Qué cosa?
- El gashapon.
- Ah, es hermosa – Dijo la muchacha, con una amplia sonrisa -. Se nota lo detallista que fue la persona que la hizo.
- Realmente te gusta mucho el manga y el anime…
- Bueno… En Shibuyan… O aprendes o aprendes – Rió la muchacha -. Subaru sabe muchísimo y nos cuenta la historia de los personajes de los disfraces que usamos con Oo-chan.
- ¿Oo-chan?
- Mi compañera. Se llama Oomasa Aya, pero le decimos Oo-chan.
- Ya veo.
- ¿Hace mucho que estás trabajando allí?
- Hace… tres años – Pensó la muchacha -. Sí, hace tres años.
- ¡Eso es mucho tiempo!
- Sí, pero es un ambiente agradable, ¿sabes?
- Lo noté. También es muy tranquilo.
- Así es – Dijo la muchacha, llegando hasta debajo de un puente -. Bueno, hasta aquí está bien.
- No creerás que permitiré que pases por debajo de ese puente tú sola.
- No va a pasarme nada – Dijo la muchacha -. Lo he cruzado a peores horas.
- Qué malos compañeros de trabajo tienes. ¿Cómo dejan que una muchacha cruce sola este puente? – Preguntó Toma, siguiéndola por debajo del mismo.
- Quítala…
- ¿Qué cosa? – Al mirar a Yuuko, la vio con una expresión de horror en su rostro -. ¿Qué sucede? – Reiteró, sonriendo.
- ¡Un bicho! ¡Sobre mi hombro! ¡Quítamelo! ¡Quítamelo! – Exclamó, agarrándose de su camisa ante el susto que le dio aquello. Con pequeñas palmaditas, Toma sacó el insecto que no llegó a ver, del hombro de la muchacha.
- Ya está.
- ¿Seguro? – Preguntó Yuuko, al borde del sollozo.
- Sí, seguro – Respondió Toma, viendo cómo tímidamente Yuuko lo soltaba.
- Ah… ¡Perdón! – Se disculpó la muchacha, soltando su camisa, roja como un tomate.
- Está bien – Dijo el morocho. Yuuko lo miró, aún con tenue luz debajo de aquel puente, todavía podía notar la mirada enamorada que Toma le entregaba -. ¿Toma-kun…?
Yuuko sintió las manos de Toma agarrando sus brazos, quedándose estática al sentir sus labios sobre los suyos. Su corazón dio un respingo y no tuvo otra alternativa que cerrar sus ojos y dejarse llevar.

3 comentarios:

  1. Anónimo9/2/13, 4:44

    DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!!!
    Me encantóoooooo!!! mdlkmfklamkgmalkmgbñlsdm,gklfadsmgjkandgkl

    Por qué no leí antes este fic??????????? :P
    Porque tenía que estudiar ^_^ Vos sabés!

    YA mismo me leo el tercer capítuloooooooooo!!!!!!!!

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    1. Te juro que AMÉ tus comentarios xD *los leyó todos seguidos desde el mailchus*

      Seguramente :O 00000000000

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    2. jajajajajajajajjaja y eso que un montón me los reservé porque ya me ibas a putear MUCHO!! XDD

      djnfjklsdfgklsmdglk vos y tus ficsssssssssssssss00000000000


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