14 de febrero de 2013

[Oneshot] Strawberry (Yasuba)

 Y Dios fue bueno y creó la programación de entradas en Blogger xD
 Los autos que pasan~
 En casa :)


Ciaossu~!!
Segundo fic del día :3
Aunque en realidad esto iba a hacer por orden alfabético, reconozco que no terminé ni Chocolate o brûlée ni My sweet enemy -w- Sí, soy un desassssstre, I know ;-; pero hoy no pienso irme a dormir hasta terminar ambos y publicarlos, si lo hago mañana, no tiene gracia >:)
Enjoy~ ♥


Título: Strawberry.
Fandom: Johnnys.
Pairing: Yasuba (Shibutani Subaru x Yasuda Shota).
Formato: Oneshot.
Género: Smut.
Rating: NS-13.
Sinopsis: Una lágrima y un simple pedido puede generar muchas cosas en una persona...

Notas:
Este oneshot es por culpa de este video xD A los 0:22 Yasu explica que está llorando cual magdalena porque Subaru le robó una frutilla xDDDDD





Strawberry 

Estaba solo en su cuarto. Camino al hotel, se había separado de sus compañeros de grupo para poder llegar del mismo modo a aquel lugar. No estaba de ánimos de hablar con nadie. No estaba molesto, ni tampoco angustiado o algo así. En realidad, no sabía exactamente qué le sucedía.
Desde que había llegado, hacía aproximadamente veinticinco minutos, que no había hecho otra cosa más que dar vueltas en la cama de dos plazas, sin encender el televisor, sin hacer otra cosa.
Se preguntaba por qué algo tan trivial estaba trastornando su mente de ese modo. Pero, por sobre todo, se preguntaba por qué se había excitado viéndolo llorar. Se dio cuenta de esto al quedarse de cara al techo y bajar la vista a su entrepierna para encontrarse con un bulto que antes no estaba allí. Frunció el ceño y se dio media vuelta. Movió sus piernas, queriendo acomodarse y poder conciliar el sueño, pero sus palabras y sus lágrimas no lo dejaban, es más, podía sentir cómo su hombría le pedía ser atendida. Chistó y dejó que sus manos se encargaran del resto. Se hundió entre las sábanas y cerró los ojos, acariciando su erección con la mano, dejando que su mente se encargara de proyectarle las imágenes que parecían ser las más placenteras en ese momento para él.
- Mhhh - Frunció el ceño, mordiéndose el labio inferior mientras su mano se movía frenéticamente en torno a su hombría -. Yasu...
- ¿Sí?
Detuvo sus caricias, para volver a fruncir el ceño.
- ¿Yasu?
- ¿Qué sucede?
Al abrir uno de sus ojos, lo vio de pie frente a él, sonriéndole por haber mencionado su nombre. Se sentó de un salto en la cama, cubriendo su cuerpo con la sábana.
- ¿Qué... Qué.. Qué... Qué... Qué haces aquí?
- Ah, salí a comprar algo y pensé que tú también querías acompañarme a comer - Le dijo, enseñándole una bolsa que cargaba en la mano derecha.
- ¿Qué compraste?
- Frutillas - Le respondió, enseñándole la mejor de sus sonrisas.
- Ahhh - Dijo el morocho, corriendo más hacia su lado el pantalón que había dejado sobre la cama, al lado de su cuerpo.
- Voy por un plato - Se quedó mirándolo irse. No se había dado cuenta de lo había estado haciendo antes de que llegara. A todo esto, ¿cómo demonios había entrado? ¿Sería posible que no le hubiera puesto el seguro a la puerta? Suspiró. Al menos esas preguntas si tenían respuesta. Se apresuró a ponerse los pantalones, pero sin salir de entre las sábanas. Se acostó y le dio la cara al techo. Volvió a cerrar los ojos, queriendo oír, de ser posible, los latidos de su propio corazón al menos por unos instantes, pero fue interrumpido por un extraño sonido y algo frío que cayó sobre su rostro. Al sentarse, se dio cuenta que era crema. Vio a Shota feliz por haber llenado su cara con el contenido de la lata que tenía entre sus manos -. Perdón, me tentaste - Le dijo, sentándose a su lado en la cama -. Estás muy serio, ¿estás cansado? - Le preguntó, dejando en medio de ambos, la crema y un plato con frutillas.
- Mhhh... Sí, algo así...
Pensó que iban a pasar una breve jornada juntos, simplemente siendo dos amigos comiendo frutillas con crema, pero no fue así. Sus ojos no podían dejar de observar el recorrido que hacían las frutillas desde que Shota las agarraba del plato: la elegía cuidadosamente y cuando finalmente encontraba la deseada, la cubría hasta un poco más de mitad con crema y la llevaba a sus labios para succionar delicadamente aquel dulce blanco, lanzando un monosílabo de aprobación al aire, terminando por morder aquella fruta por la mitad y digerirla. Desvió la vista, llevando sus piernas a su pecho. No iba a poder soportarlo.
- ¿No quieres comer?
Lo miró. Estaba preocupado por él, se le notaba.
- No, no es eso...
- ¿Acaso tienes fiebre? - Se acercó a él para apoyar su frente contra la suya. Aunque no quisiera, el aroma de la frutilla mezclada con la crema entraba sin permiso por su nariz. Repentinamente, Shota se volvió hacia atrás y lo miró con los ojos abiertos como platos -. Subaru, ¡tienes fiebre! Espera aquí, voy por unas toallas y algo para traer agua fría.
Se apresuró a agarrarlo del brazo, antes de que saliera de la habitación. Al hacerlo, el rubio lo miró.
- No es eso - Susurró.
- ¿Qué?
- ¡Que no tengo fiebre! - Respondió el morocho, levantando la cabeza lentamente, dejando ver unas visibles mejillas rojas -. Es... que me estaba masturbando cuando tú llegaste.
Su oyente se quedó en silencio unos momentos. Subaru creyó verlo parpadear, pero no estaba del todo seguro. Acto seguido, Shota estalló en carcajadas, ocasionando que las mejillas de Subaru, que ya estaban rojas, tomaran un fuerte color carmesí.
- Lo siento... Realmente, lo siento.
Volvió a ver lágrimas desbordándose de sus ojos, pero esta vez, eran lágrimas de felicidad.
- Eres un idiota. Y deberías hacerte cargo...
- ¿Yo? ¿De qué?
- Esto es por tu culpa - Le dijo, corriendo las sábanas que lo cubrían de la cintura para abajo para enseñarle la erección que mantenía cubierta por el pantalón.
- ¡¿Y yo qué tengo que ver con eso?! - Preguntó el rubio, empezando a sonrojarse él también.
- Porque... estoy así... porque te vi llorar...
- ¿Eh?
- ¡Qué me excité al verte llorar, ¿satisfecho?! - Molesto por tanta sinceridad, se recostó, dándole la espalda -. Ahora déjame solo y llévate tus frutillas.
Shota se lo quedó mirando. Se movía de un lado a otro como un niño pequeño. Dejó la crema y las frutillas sobre la mesa de noche y, sigilosamente, se acostó a su lado, abrazándolo por detrás con ternura.
- No voy a dejarte solo.
- Yasu...
Lo siguiente que sintió fue un dulce y suave beso sobre su nuca, dejándolo inmóvil.
- No quiero dejarte - Susurró en un tono de voz tan bajo, que si no hubiera sido porque estaba pegado a su oído, no habría alcanzado a oírlo.
El mayor se giró, apreciando que las mejillas de Yasu estaban teniendo un color bastante parecido al de las frutillas. Sonrió besando ambas mejillas.
- Eres un tonto - Le dijo, finalmente, estrechándolo entre sus brazos.
- ¿Quieres que te ayude?
- ¿A qué?
- A bajarla.
Lo miró, preguntándose adónde había quedado aquel inocente Yasuda Shota que él conocía.
- ¿Estás seguro? - Le preguntó, recibiendo por respuesta un movimiento de cabeza afirmativo por parte del menor. Subaru se acostó derecho, dejando que Shota se sentara entre sus piernas abiertas. Fueron sus manos las que lo despojaron de su ropa delicadamente, encorvando su cuerpo para succionar la hombría del morocho -. Ah - El sonido emitido por su compañero de grupo hizo que levantara la cabeza -. Dijiste que querías comer frutillas, ¿no? - Agregó, estirando su cuerpo para agarrar lo que Shota había dejado sobre la mesa de noche. Ante la mirada de sorpresa del rubio, Subaru cubrió su erección con crema, dejando sobre su glande una pequeña frutilla. Shota, inmóvil, lo miró -. Frutilla, ahí tienes una.
El menor no podía descifrar qué clase de sonrisa le dedicó, pero sí podía decir una cosa, hizo que su corazón diera un respingo. Volvió a encorvarse, grabando Subaru en su cerebro cada una de las acciones del menor. Estaba por lamer su tronco, pero desistió y abrió su boca en pos de morder la frutilla que descansaba sobre su glande, pero dudó y la cerró con fuerza sin poder ser capaz de agarrar la fruta.
- No puedo - Reconoció, levantándose y negando efusivamente con la cabeza.
- ¿Eh? ¿Por qué? - Preguntó el mayor, con más curiosidad que otra cosa.
- ¿Y si te lastimo?
Su mirada parecía la de un cachorro que había mordido la mano de su dueño. El aludido no pudo hacer otra cosa más que sonreírle dulcemente.
- No vas a hacerlo.
- ¿Y si lo hago?
- Yasu... Si no quieres hacerlo, está bien. No voy a presionarte.
- Pero... Es que... quiero hacerlo...
Definitivamente su mirada pudo contra él, por lo que sencillamente, se quedó de cara al techo, esperando la decisión de Shota. Por su parte el menor, se debatía internamente si acceder o no a sus propios deseos, a estar junto con Subaru en ese momento. Accediendo a un pedido nunca hecho, se recostó sobre la cama, y sacó la frutilla que descansaba sobre el miembro cubierto de crema de su compañero de grupo, estremeciéndose Subaru al sentir el húmedo contacto de la lengua del menor sobre su parte más sensible. De repente, sintió como aquella sensación no hacía otra cosa más que hervir su sangre, agarrándose a las sábanas con fuerza. Definitivamente para Shota, su hombría no parecía otra cosa más que una golosina. El mayor se dio cuenta de esto al ver los movimientos de su lengua en torno a su hombría. Cuando el rubio se dio cuenta que ya no había más crema qué limpiar se incorporó, dedicándole a Subaru una mirada que el muchacho jamás había visto. Pudo ver sus mejillas más que rojas, antes de darse cuenta que el cuerpo del menor se acercaba sensualmente al suyo para besar sus labios.
- Yasu - Jadeó el morocho sobre sus labios, acariciando su cintura a medida que levantaba su remera. No podía negar que ese Shota le gustaba bastante. Del mismo modo en que él lo despojó de su ropa, Shota lo hizo con la suya. Recorrió su pecho con sus labios, sintiendo cómo el cuerpo de Subaru se estremecía al rozar sus labios la punta de sus tetillas.
- Eres muy sensible aquí...
- Cállate - Le pidió el aludido, sonrojado al haber notado lo sensible que era esa parte de su cuerpo.
Shota se sentó encima suyo, penetrándose él mismo con la erección del morocho. Subaru pudo vislumbrar dos lágrimas rodar rápidamente por sus mejillas y un gimoteo de su parte -. ¿Esta es... tu primera vez? - Le preguntó, sentándose para poder besar su frente. El aludido atinó a responder con un movimiento afirmativo de su cabeza, mordiéndose el labio inferior -. Cálmate... Ve despacio - Le susurró, estirando luego el lóbulo de su oreja con los dientes, mientras sus brazos se dedicaban a abrazarlo y acariciar su cuerpo -. Tus lágrimas... son hermosas - Se sinceró, sonriéndole.
Al sentir que aquella intromisión en su interior ya no era tan dolorosa, o que se había acostumbrado a ese dolor, empezó a dar pequeños saltos encima de Subaru. Su cuerpo aumentaba considerablemente su temperatura cada vez que lo hacía y se estremecía considerablemente. Era una sensación extraña, pero adictiva, al igual que las caricias y los besos que el morocho le daba. Y eso sin contar las palabras de amor que le dedicaba. Si él fuera un cubo de hielo, Subaru sería el sol mismo. Se estaba derritiendo entre sus brazos. No supo en qué momento fue, pero sus movimientos encima suyo dejaron de ser delicados, y hasta se dio cuenta que era el mayor el que controlaba sus movimientos sobre su miembro.
- S... Subaru...-kun - Gimió, mirándolo a los ojos.
El aludido le sonrió, besando luego sus labios hasta dejarlo sin aire. Aunque quería controlar sus gemidos, no podían, necesitaban dejarlos salir de lo más profundo de su ser. Sus manos estaban entrelazadas con extrema fuerza, y sus ojos necesitaban encontrarse con los del otro con la misma intensidad en que se estaban amando. Subaru se dio cuenta del repentino espasmo del cuerpo de Shota, aumentando sus embestidas, atrayéndolo lo más que pudo a su cuerpo. Dejó que una de sus manos lo masturbara, sintiendo cómo su virilidad se hinchaba, haciendo que los gemidos del menor se descontrolaran hasta terminar descargándose en su mano. Aún estando el otro cuerpo cansado y todo, tampoco faltaba mucho para que él culminara. Besando todo el cuello de Shota, mientras ahora sus manos masajeaban sus redondos muslos, su cuerpo se tensó, sintiendo una corriente eléctrica recorrerle la espina dorsal hasta su bajo vientre, haciéndolo estremecer de placer.

No sabía qué hora era. Oyó el televisor encendido y a alguien a su lado comiendo algo. Al darse vuelta, se dio cuenta que era Shota.
- ¿Qué estás comiendo?
El aludido lo miró, sorprendido, no esperó despertarlo; es más, había actuado con sigilo para no hacerlo. Atinó a sonreír mientras le enseñaba lo que estaba comiendo.
- Frutillas.

2 comentarios:

  1. ¡¡Wow, supah hot la cosa >_____<~!! Nunca hubiera imaginado algo así con esa escena, ¡genial XD! ¡Qué bueno que hayas podido terminar a tiempo Miki! Gracias por compartirlo ♥, hacen falta más fics de los eito 8'3. ¡A por mááááás :D!

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    1. Es que... No puedo imaginarme cositas amorosas y de corazones xD que vayan a los bifes de una ♥
      Encima... Es raro que me haya atrevido a hacer un Yasuba .-. No es una pairing que me rompa el bocho xD pero... ese video, las frutillas, Yasu llorando... Me pudo más xD

      Siiiii~ Dos de cuatro ><'

      De nada, nena :3 Gracias a vos por leerlo ^^

      Y... Acá hay allllllgo... Mucho Ryokura xD un toque de YamaDa y un poco de OhYasu xD (que ahora que lo pienso, tengo que seguir traduciendo ese maravilloso fic ;_;)
      Fics de los Eito en español... No vi... Y tampoco veo porque soy medio reacia a leer cosas en español xDU Acá entre nos... La mayoría de la gente que escribe en español, y dentro del fandom de los Johnny's... no escriben... maravillosamente bien... Y sonaré forra, pero, prefiero romperme la cabeza en leer un fic en inglés que algo con horrores de ortografía ><'

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