31 de enero de 2018

[Corazón extraviado] Capítulo 02: ¿Nos hemos visto antes?

Ciaossu~!!
No pude publicarlo más temprano porque se me había cortado la luz -_- y tengo sueño, así que sólo les dejo que espero que disfruten del fic :)
¡Hasta el viernes!
Enjoy~ ♥


Título: Corazón extraviado [me estaría chocando muchísimo que el título esté en español xD].
Fandom: Universo Cinematográfico de Marvel.
Pairing: Tony Stark x Peter Parker & Steve Rogers x Peter Parker.
Formato: Multi-chaptered.
Género: Drama, romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: Finalizado.
Capítulo: 02/ 06
Número de palabras: 1512.
Sinopsis: Peter se encuentra con alguien a quien creyó que no volvería a ver tan pronto. En cuestión de horas, él comienza a sentir que puede confiar algo en esa persona y, al mismo tiempo, el desconocido presiente que algo malo sucede con ese chico con apariencia indefensa que parece pedir ayuda a gritos.
Advertencia: 
Al Cap no le gustaría leer esto xD

Notas importantes: Los hechos suceden después de 'Spider-Man: Homecoming', pero es mucho más necesario que hayan visto 'Captain America: Civil War' para entender a qué se refieren cuando hablan de los Acuerdos de Sokovia.



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Capítulo 02: ¿Nos hemos visto antes?


El muchacho tenía los auriculares puestos pero no estaba escuchando música. Él único sonido que podía oír provenía de dentro de su propio cuerpo, y sentía que se estaba partiendo al medio con cada paso que hacía.
—Mierda —suspiró con la espalda pegada a la pared justo al lado de la puerta del departamento. Trató de reponerse, no podía mostrarle a May ningún rastro de la mierda que era cuando pusiera un pie dentro del departamento. Respiró profundamente y entró. Desde el sillón, el rostro de su tía se asomó con una sonrisa—. Hola, May.
—Hola, Peter. ¿Cómo te fue en el internado?
¿El internado? ¿Así es cómo la gente le llamaba ahora a ser cogido por un tipo gruñón que te lo hace jodidamente bien y que te paga todo lo que quieres?
—Uhm… Como siempre.
—Está bien… ¿Podrías decirle a ese Tony Stark que tienes un hogar al cual regresar por la noche?
May bostezó después de su pregunta. Peter esbozó una sonrisa y asintió.
—Buenas noches, May.
—Buenas noches, cariño.
El chico hizo un paso hacia atrás en caso de que su tía tratara de abrazarlo. ¿Cómo podría dejar que ella lo tocara cuando estaba completamente sucio? Al igual que su cuerpo y su alma. Todo él se estaba volviendo una mierda desde el día en que conoció a Tony Stark, y eso no iba a cambiar de la noche a la mañana. Todo su ser le pertenecía a él desde ese maldito día.
Después de una ducha corta, trató de dormir un poco, pero por más que tratara, más recordaba todo lo que tuvo que hacer por Tony. El chico silenció un llanto desesperado al morder su almohada. Tony no sólo estaba grabado en su pecho, en su mente y en su alma, también.

—¿Parker? —el chico respondió a su apellido asomando su rostro por sobre su computadora portátil—. ¿Cuál es la respuesta?
—Eh… ¿Cero?
—Ni siquiera estábamos tratando de resolver algo… Teníamos que usar la fórmula de masa. Parker, a detención, ahora.
Peter suspiró y miró de reojo la expresión lastimera de Ned. Pobre Ned. Ni siquiera él sabía qué le estaba sucediendo en realidad.
El mismo maldito video del Capitán América estaba siendo mostrado en el salón de detención. Sólo había cuatro estudiantes y el usualmente dormido profesor de Educación Física.
—A la mierda con esto —suspiró Peter, y fue directo a la puerta de salida. Sin testigos por los alrededores, saltó sobre la reja de la escuela y aterrizó sobre el suelo llamando la atención de alguien.
—Eso fue algo, chico.
Peter miró al desconocido que se atrevió a hablarle cuando estaba de mal humor. Al principio le frunció el ceño, pero luego, se sonrojó cuando reconoció al hombre aún cuando estaba vestido con ropa de civil.
—Capitán América —soltó.
—Sí. Pero, por favor, no grites o algo parecido. Es bastante complicado salir a pasear y ser un fugitivo de la justicia al mismo tiempo.
—Ah, sí. ¿Se refiere a los Acuerdos?
—Exactamente.
—Eso es sólo algo para tener un ojo sobre ustedes.
—Estás bien informado, chico —reconoció Steve—. Discúlpame, pero, ¿nos hemos visto antes?
—No creo que lo recuerde, pero, sí, en Alemania, una vez.
—Alemanía… Ah. Tú eres Spider-Man, ¿no? —apuntó Steve. El aludido asintió—. ¿Qué te parece si charlamos en otro lugar? Si estás escapándote de la escuela, creo que es una mala idea quedarse mucho tiempo aquí.
Peter se distrajo mirando los ojos de Steve. Incluso pudo ver un poco de verde en sus iris azules. Lo único que pudo hacer fue asentir de nuevo y seguir al más alto, la misma mierda que había venido haciendo desde hace un tiempo.
—¿Estás bien? —preguntó Steve—. Perdón por traerte a mi casa, pero no se me ocurrió un lugar mejor.
—No. Está bien, está bien. Al final, siempre soy llevado a la casa de algún tip-- Perdón. Eso estuvo fuera de lugar. Perdón.
Steve sonrió un poco avergonzado. Podía intuir que algo estaba sucediendo con ese muchacho, y por lo que podía ver, no era algo bueno. Apenas podía recordar su primer encuentro en Alemania, pero entre lo que pudo, no estaba un chico tan triste dentro de un traje rojo y azul lanzando telas de araña por todo el aeropuerto.
—¿Sucede algo malo? —le preguntó con una taza de café en cada mano.
—Gracias —dijo el muchacho mirando un malvavisco volviéndose más y más grande dentro de la taza. Al advertir esto, levantó la vista hacia Steve—. ¿Qué es esto…?
—Oh. Pensé que te sentirías mejor si ponía uno de esos dentro del café, ¿está mal?
—No. No, no, pero-- Eso es algo que uno suele hacer en Navidad…
—Ya veo —dijo Steve sonriendo y golpeándose la frente con la palma de su mano—. Lo siento. Puedo hacerte otro. Dame esa taza.
—No —suspiró Peter—. Esta está bien.
El día fue pasando tratando de hacer sentir bien al otro. Todo el dolor y las malas cosas experimentadas en el pasado fueron desapareciendo por su bien, y se sintió realmente bien olvidarse de toda esa mierda por una vez.
El teléfono de Peter estaba sonando, pero no fue él quien se dio cuenta de eso sino Steve.
—¿Problemas?
—Mi tía. Déjeme responder.
—Claro —Steve regresó a la isla de la cocina y dejó dos tazas de café casi llenas en el lavadero. El agua empezó a correr y Steve sólo observó las tazas llenándose con la mente en blanco hasta que sintió la presencia de Peter cerca suyo—. ¿Sucede algo malo?
—Ten-- Tengo que regresar —dijo el chico con un poco de miedo en su mirada.
—¿Estás bien?
—S-- Sí… Es sólo —Peter se interrumpió para encontrar las palabras correctas para decirle a Steve—…. La estaba pasando tan bien que hasta me olvidé de la pasantía…
—¿Pasantía? ¿No eres demasiado joven para estar trabajando? —soltó Steve con una sonrisa sincera.
—Sí, pero-- Estoy siendo preparado-- para el futuro, creo.
—No tienes ni idea de lo que estás haciendo ahí, ¿cierto?
—Totalmente cierto.
—Entonces, ¿por qué no renuncias? Si no te gusta, sólo tienes que renunciar.
—No es tan sencillo —soltó Peter.
—Es por el dinero.
—Algo así.
—Bueno, no es como si estuvieras vendiendo tu cuerpo a un hombre mayor o algo así, ¿no?
Peter no pudo responder a eso. Sólo sonrió tímidamente, agarró su mochila y se acercó a la puerta del departamento.
—En serio tengo que irme —agregó el muchacho—. Fue un placer compartir tiempo con usted, señor Rogers.
—Chico, no tienes que ser tan educado. Sólo dime Steve, ¿de acuerdo? —le dijo, tocando ligeramente la espalda de Peter ocasionando que él retrocediera.
—Lo-- Lo siento-- Es sólo un reflejo —dijo Peter agarrando su mochila con fuerza.
—Está bien… ¿Quieres que te acompañe abajo? —los ojos del muchacho se posaron sobre él y asintió—. Entonces, vamos.
No fueron necesarias más palabras entre ellos. Su silencio fue completo cuando vieron un Lamborghini color amarillo y rojo estacionado fuera del edificio. Ambos sabían quién era su dueño. Pero lo que Steve no sabía era por qué carajo Tony era el chofer de un chico de secundaria.
—Carajo —susurró Peter con voz temblorosa—. Tengo que irme, señ-- Steve —finalizó el muchacho su oración suspirando su nombre.
—Ven a verme cuando quieras, ¿de acuerdo? —le dijo el rubio—. Y, chico —Peter lo miró—… Tony no tiene que saber que yo estoy aquí.
—Sí, lo sé. Los Acuerdos.
—Cuídate —agregó Steve, enredando los cabellos de Peter. El muchacho trató de asentir al gesto.
—“¿Por qué carajo estás aquí?” Se preguntó Peter a sí mismo prácticamente corriendo para subir al automóvil. “Pero, más importante que eso, ¿qué carajo voy a decirle al señor Stark cuando--?
—¿Quién vive aquí?
Ahí estaba su tono de voz arrogante imponiéndose sobre él.
—El-- El-- Sólo un amigo —Peter podía ser cualquier cosa menos un mentiroso. No podía mentir porque su mirada se volvía evasiva cuando lo hacía.
—¿Un amigo tuyo?
—Sí. Discúlpeme por lo de hoy. No pude-- ir…
—Lo sé. Está bien —le dijo Anthony poniendo el motor en marcha y yendo de cero a cien kilómetros en cuestión de segundos. Estaba enojado. Estaba jodidamente enojado. Peter tragó saliva en seco—. Dile a tu tía sensual que hoy trabajarás en el internado toda la noche.
—Sí, señor —suspiró Peter luego, agarrando su teléfono de la mochila. Él sabía que estaba jodido, y que Anthony iba a mantenerlo despierto toda la noche—. ¿May? Hoy no voy a volver a casa… Sí, sí, estaré bien. No te preocupes. También te quiero —el muchacho terminó la llamada y miró de reojo a Anthony—. Tony, lo siento —suplicó—. Realmente lo siento.
No hubo ningún tipo de respuesta. Peter sabía que Anthony estaba pensando la forma más humillante de tener sexo con él cuando no decía nada. El muchacho suspiró y miró las luces de la ciudad fuera del automóvil.
Parecían los ojos de Steve: de color azul con algo de verde en ellos.



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