16 de diciembre de 2012

[Forever] Capítulo 02 - Explicaciones

 Creo que tardo más en copy/pastear todo lo que escribo que otra cosa xD
 関ジャニ∞ - 愛でした。
 En casa~


Ciaossu~!!

Esta vez les traigo la actualización de Forever :)
Lindo el accidente de Tego, ¿no? xD Digo, lindos problemas le va a traer a medio mundo el pobre u.u
Y en este episodio hay un claro ejemplo de lo que digo xD
Enjoy~ ♥



Título: Forever.
Fandom: Johnnys.
Pairing: IkuTego [Ikuta Toma x Tegoshi Yuya], Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo], RyoTego [Tegoshi Yuya x Nishikido Ryo] (pero nadie dice que no puedan haber más ;3)
Formato: Multi-chaptered.
Género: Drama humano (?), romance.
Rating: PG-13
Capítulos: 02 / ¿?
Sinopsis: Entre desacuerdos y negaciones, Takahisa sólo piensa en el bienestar de Yuya luego del accidente. Y él único que debe acceder a eso es Ryo. Tadayoshi, no del todo de buena manera, convencido de que Yuya recuperará la memoria en cuestión de días, acepta que Ryo vaya a vivir con él. Yuya busca algo en su pareja, pero este parece estar reacio a dárselo.



Capítulo 02: Explicaciones

Mientras el médico examinaba a Yuya, el resto de los presentes aún estaban más que sorprendidos por las respuestas que el rubio había dado.

- Ya está – Dijo el doctor -. ¿Qué te parece si te doy el alta ahora mismo?
- ¿En serio? – Preguntó Yuya.
- Por supuesto que sí, pero está demás decir que al menos por el día de hoy, no vayas a trabajar y te quedes en casa a descansar. ¿Trato hecho?
- Sí.
- Pero… Yuya – Alcanzó a quejarse Toma.
- Ikuta-kun – Llamó su atención Takahisa, agarrándolo del brazo. Cuando Toma lo miró, el muchacho negó con la cabeza, por lo que simplemente, suspiró.
- ¿Pueden acompañarme a mi oficina? – Pidió el doctor, mirando a los tres muchachos, quienes siguieron los pasos del hombre. Entraron a su oficina y se sentaron en las sillas al otro lado del escritorio donde él se sentó.
- Doctor, ¿qué es lo que tiene Yuya?
- Podría decirse que es una amnesia postraumática… Pero, se ve que lo único que no recuerda Tegoshi-kun es… la relación que estaba manteniendo con Ikuta-kun. Masuda-kun…
- ¿Sí?
- Tegoshi-kun estaba hablando por teléfono contigo al momento del accidente, ¿cierto?
- Eh… Sí…
- Espere, sensei, ¿por qué no le pregunta a Yuya con quién estuvo esa mañana? Ambos desayunamos juntos antes de que fuera a la empresa – Dijo Toma, por demás desesperado.
El aludido miró al muchacho, abrió la boca para decir algo, pero terminó por entrelazar sus manos sobre el escritorio.
- Tegoshi-kun, ¿ha estado teniendo alto nivel de estrés últimamente?
- Mhh… No – Respondió su compañero de banda.
- ¿No te dijo que quería descansar…, tomarse unas vacaciones…?
- No. Tegoshi no me ha dicho nada de eso.
- La verdad es que no quiero someterlo a más análisis y exámenes, pero…
- Ah, sensei – Lo interrumpió Ryo -. Ehm… No. No, no, nada.
- Si vas a decir algo, dilo – Le pidió Toma.
- Pero, no creo que eso lo haya afectado – Murmuró el morocho.
- Ah… ¿Te refieres a…? – Le preguntó Takahisa, a lo que el aludido asintió con la cabeza.
- Hace… casi un año… Yo rechacé a Tegoshi – Le dijo Ryo al doctor -… en el plano… sentimental.
Su principal oyente se acarició la barbilla, mirando al muchacho.
- ¿Es posible que eso…? – Preguntó Takahisa.
- Sí, es posible. Pero eso cambiaría el tipo de amnesia – Toma suspiró -. Lo que al pensamos que era amnesia postraumática es generada por una lesión en la cabeza; en cambio, con la observación de Nishikido-kun… Es posible que sea… un tipo de amnesia disociativa sistemática. ¿Puedes leer esto, Takahisa-kun? – Le pidió el hombre, girando el monitor de su computador, para que el muchacho pudiera así ver un texto seleccionado en la ventana de un explorador.
Takahisa se inclinó un poco para leer.
- Se trataba de una joven que había sufrido un violento desengaño amoroso después de dos años de noviazgo, cuando se hallaba próximo a casarse, su novio rompió súbita e inexplicablemente sus relaciones y se casó con otra muchacha. Lo inesperado y sorprendente de esta decisión provocó en la joven una violenta reacción psicógena que duró días; pero una vez remitida esta, nuestra enferma había olvidado todo lo referente a su noviazgo, no recordando ni el nombre ni la fisonomía de su ex-novio. Además había olvidado por completo que en su adolescencia había tenido -con el ardor propio de su edad y como “primer amor”- otro noviazgo, que la familia había logrado interrumpir, dada la edad de ambos, lo cual había provocado entonces, en nuestra enferma, un fuerte impacto que tardó en rehacerse varios años. La joven no recordaba nada en relación con aquel episodio de su vida, ni siquiera -tal como le sucedía con respecto al que hasta hacía poco tiempo fuera su prometido- recordaba cómo se llamaba aquel muchacho, ni detalle alguno acerca de su persona física.
- ¿Está tratando de decir que yo soy el culpable de lo que le está sucediendo a Yuya? – Preguntó Toma.
- Creo que… Está tratando de decir que el culpable de lo que le sucedió a Tegoshi… Soy yo – Sentenció Ryo.
- En parte, creo que Nishikido-kun tiene la culpa, si quieren decirlo así. El cincuenta por ciento restante, la tiene el propio accidente. Quizás… Tegoshi-kun haya suprimido sus sentimientos por Nishikido-kun y el accidente que sufrió haya sido el desencadenante de esta amnesia.
Toma, quien se había quedado mirando casi un minuto al médico, golpeó la mesa con la palma de una mano, ocasionando que los presentes lo miraran.
- A mí no me venga a decir qué es lo que siente o deja de sentir Yuya. Nadie lo conoce mejor que yo.
- Eso es cierto, me retracto. Sólo puedo hablar del aspecto médico de Tegoshi-kun. Por ahora, lo único que les pido es que le den tiempo. Síganle el juego, como si fuera un niño, y por sobre todo… No lo fuercen a recordar. Él sólo va a ir acomodando las cosas.
- ¿Y eso cuánto tiempo va a tomar? – Preguntó Toma.
- No lo sé. Pueden ser horas, días, semanas, meses… Todo recae en Tegoshi-kun. Él será el único que va a recordar las cosas por sí solas - Toma se levantó, dio una vuelta y pasó la palma de su mano por su rostro, abatido -. Los dejo solos, creo que tienen mucho de qué hablar. Cuando terminen, pueden ir a la habitación de Tegoshi-kun, ya puede irse a casa.
- Gracias – Dijo Takahisa. El sonido de la puerta de la habitación cerrándose fue la señal para que los tres empezaran a hablar.
- ¿Y bien? – Preguntó Ryo, empezando a jugar con un bolígrafo.
- Creo que… lo mejor es hacerle caso al doctor – Opinó Takahisa.
- ¿A qué te refieres? – Preguntó Toma, mirándolo de refilón.
- Debemos seguirle el juego – Respondió el aludido, mirándolo -. Si él cree que Ryo es su pareja, que lo sea.
- Estás loco – Musitó el muchacho -. No voy a permitir que Ryo se le acerque a Yuya.
- Lo siento, pero no puedo – Dijo el morocho de Osaka -. Sabes… que estoy en pareja…
- Ryo, al menos hazlo hasta que Tegoshi recupere la memoria. El doctor dijo—
- El doctor dijo…, Takahisa…, que no sabe cuánto puede durar la amnesia de Yuya.
- Quizás la recupere mañana, o dentro de un mes…
- No puedo. No voy a poder aguantar tanto. Sabes lo que sucede en un mes, ¿verdad?
- Es tu cumpleaños – Respondió el menor, revoleando los ojos -. Hace dos meses que Tegoshi me lo viene recordando… Ryo, tú también. Te lo pido.
El aludido dejó de prestar atención al bolígrafo que giraba entre sus dedos para cerrar los ojos y suspirar sonoramente.
- ¿Cuál es tu plan? – Le preguntó, mirándolo.
- Que convivas con Tegoshi hasta que recupere la memoria.
- No – Espetó Toma -. Eso sí que no.
- Ikuta…
- ¡No! – Exclamó el muchacho, por demás enfadado -. ¿Estás pidiendo que acceda a que Yuya conviva con él? ¿Justamente con Ryo? ¿Acaso sabes lo destrozado que estaba cuando me confesó que lo rechazó?
- Lo sé – Dijo Takahisa -. Yo estuve con Tegoshi todo ese tiempo. Lo sé mejor que nadie. Por favor. No te pido que lo hagas por mí, hazlo por el bien de Tegoshi. Ryo, ¿tú estás de acuerdo? - El muchacho miró a Toma, esperando aprobación o no, pero este no tenía planes ni de aceptar el pedido de Takahisa, ni de mirarlo -. ¿Ryo?
- De acuerdo – Respondió finalmente el morocho, en medio de un suspiro -. Lo haré. Iré a vivir con Tegoshi.
- ¿Tienes algo de tiempo antes de ir a la empresa?
- Mhh… Sí, empiezo a la tarde – Respondió, tras examinar la hora en su celular.
- Te encargo a Tegoshi – Le dijo Takahisa, levantándose de su asiento.
- ¿Qué?
- ¿Qué tiene de malo? – Preguntó el menor -. Es normal que su pareja lo acompañe a casa, ¿no? - Toma suspiró sonoramente, sin gustarle demasiado la idea del mejor amigo de su pareja. Los tres salieron de la oficina y se dirigieron a la habitación de Yuya -. Esperen aquí, voy a ver cómo está.
Los aludidos asintieron con la cabeza. Toma se sentó en las sillas frente a la puerta, mientras que Ryo se quedó de pie, frente a él.
- Sólo espero… que todo salga bien – Pidió Toma, con los codos apoyados sobre sus piernas, mientras masajeaba su tabique nasal.

Al entrar a la habitación, Takahisa vio a Yuya cerrando su bolso con ropa y cosas personales que le habían traído tanto él como Toma.
- ¿Cómo te sientes? – Le preguntó el muchacho, entrando a la habitación.
- Bien. Aunque no lo creas… tengo sueño.
- ¿Estás seguro que… estás bien…? – Inquirió el muchacho, escudriñando a su amigo con la mirada.
El aludido sonrió y miró a Takahisa.
- Claro que sí. Ya te lo dije, ¿no? – Colgó la tira de su bolso sobre su hombro derecho -. Estoy cansado. Como pensaba, la cama de hospital no es lo mismo que la de uno. Vamos – Dijo, palmeando la espalda de su amigo -. Tú también te ves cansado.
- Bueno, es normal, ¿no? Estaba preocupado por ti.
Al salir ambos, Toma, quien estaba sentado, se levantó cual resorte, pero su mente recordó la amnesia de Yuya, al ver el gesto que este le hizo a Ryo, pidiéndole con el mismo que tomara su mano. Ryo miró a Toma por una fracción de segundo, pero este no hacía más que tener su mirada posada sobre Yuya.
- ¿Ya nos vamos? – Le preguntó Ryo al muchacho, acercándose a él y extendiendo su mano para agarrar su bolso.
- Ah… Sí. Pero no hace falta que agarres el bolso. Puedo llevarlo.
- ¿Estás seguro?
- Síp – El muchacho se volvió a Takahisa -. Entonces, nos vemos mañana, Massu.
- Sí. Cuídate.
- Ikuta-kun – Llamó su atención el muchacho, sólo para dedicarle una reverencia -. Lamento los problemas que ocasioné en la filmación.
- No… No – Suspiró el morocho, negando con la cabeza.
Toma se quedó mirando a ambos dirigirse a la salida. Esa sonrisa, esa mirada que Yuya sólo le enseñaba a él, se la estaba mostrando a alguien más, y eso le dolía.
- Creo que vas a tener que acostumbrarte rápido a esto.
- Espero que esto termine pronto.

- Finalmente en casa – Exclamó Yuya, lanzándose al sillón, dejando Ryo su bolso sobre uno de los sillones que estaba en torno al más grande y quedándose de pie, sin saber muy bien qué hacer.
- Entonces…
- Ah. Tienes que irte, ¿no? – Preguntó el rubio, sentándose derecho en el sillón.
- Sí – Dijo Ryo, mirándolo -. Cuídate. Y no salgas. El médico dijo que, por hoy, lo mejor es que descanses.
- Entiendo – Dijo Yuya, levantándose y acercándose a él.
- Nos vemos más tarde – Dijo Ryo, reaccionando después de un rato y palmeándole la cabeza antes de irse. Yuya sonrió, aunque esa no era la reacción que esperaba de su parte.

No era para nada extraño que lo citara antes de la hora prevista para encontrarse, pero sí le extrañaba que fuera en la empresa, cuando generalmente, el lugar elegido por su pareja era la casa de alguno de los dos. Miró hacia la puerta cuando esta se abrió y sonrió al verlo entrar. Suspiró, antes de levantar la cabeza y mirarlo.
- Hola – Dijo Ryo.
- Hola – Dijo Tadayoshi, sonriendo, jugando con su celular sobre la mesa -. ¿Qué sucede? ¿Para qué me llamaste aquí?
Volvió a suspirar y empezó a jugar sobre el respaldo de la silla que estaba al lado de Tadayoshi.
- ¿Sabías que Tegoshi tuvo un accidente?
- Sí. Todo el mundo lo sabía. Fue… hace como una semana, ¿no? ¿Por qué?
- Hoy despertó – Miró a Tadayoshi de refilón, aún sin hacerlo, podía sentir su mirada atravesándolo -. Y… Tiene amnesia.
- Qué mal. Me imagino cómo debe estar Ikuta-kun.
- Y – Agregó Ryo, en voz alta, mirándolo fijamente -. Cree que soy su pareja.
Su oyente abrió la boca, pero no dijo nada. Frunció el ceño, al mismo tiempo que sus labios.
- ¿Qué?
- El médico dice que… tuvo que haberle quedado alguna especie de trauma y, por el accidente que tuvo… De alguna forma, su mente interpretó eso.
Tadayoshi negó con la cabeza y se cruzó de brazos.
- ¿Y qué vas a hacer?
- Massu y el mismo doctor, dijeron que… por ahora… hay que seguirle el juego, que no hay que obligarlo a recordar ni forzarlo a nada – Tadayoshi se levantó e hizo un rápido recorrido del lugar en línea horizontal -. Okura…
- ¿Vas a ir a vivir con él?
- Sí. Hoy en la noche iré a casa y llevaré algo de ropa.
- Ryo – Tadayoshi buscó su mirada -… ¿Vas a acostarte con él?
- ¿Qué? – Preguntó el morocho, sonriendo.
- ¿No es normal eso? En una pareja, hacer el amor.
- ¿De qué estás hablando, Okura? - Al sentir el roce de las manos de Ryo sobre sus mejillas, el menor instintivamente se alejó de él -. No voy a hacerlo. No voy a acostarme con Tegoshi.
- ¿Y dónde vas a dormir? – Le preguntó el muchacho, volviendo a mirarlo -. ¿En el sillón? Ryo, por favor…
- ¿Estás celoso? – Preguntó Ryo, sin poder evitar sonreír al respecto.
- ¡Por supuesto que lo estoy! – Exclamó el aludido.
Aunque intentó zafarse, terminó siendo abrazado por Ryo, y escondiendo su rostro sobre su hombro.
- Si soy yo el que te dice esto, es porque no quiero que te enteres por terceros. Tadayoshi, esto no va a tardar mucho en terminarse. Estoy seguro que Tegoshi recuperará pronto la memoria. Sólo… apóyame. Te necesito ahora y más que nunca.
El aludido suspiró y lo miró, agarrando su rostro con ambas manos.
- Óyeme una sola cosa: llega a besarte enfrente de mí… y lo mato – Le dijo, mirándolo a los ojos, generando la sonrisa en el aludido.
- Está bien, está bien. Entendí – Dijo Ryo, besando sonoramente sus labios -. Tacchon – Le susurró, acariciando sus cabellos -…, mañana espérame para cenar.
- Sí…

Era la noche cuando Ryo llegó al departamento de Yuya. Miró la llave del departamento que Toma le había mandado a dar con Takahisa. Conocía a Toma, y estaba seguro de lo mucho que le había  costado hacer eso. Colocó la llave en la puerta y la giró, abriéndola luego. Al entrar al departamento, su olfato notó un exquisito aroma a comida. Dejó su bolso al lado de la puerta y se dirigió a la cocina. No estaba errado, Yuya estaba haciendo la cena.
- Regresé.
- Ah. Bienvenido – Lo recibió el rubio, con una sonrisa.
- Qué bien huele eso – Agregó Ryo, acercándose a la cena que estaba preparando el rubio.
- Era lo menos que podía hacer. Después de todo, estuve todo el día en casa.
- Y, ¿qué hiciste? – Le preguntó, sentándose en torno a la mesa redonda que estaba en la misma habitación.
- Ehm… Ordené el cuarto, limpié un poco, jugué con Skull. Nada de otro mundo. ¿Tú? Ah. No encontré nada de ropa tuya, ¿la mandaste a lavar?
- Ah… Sí – Respondió Ryo -. Hoy tuvimos sesiones de fotos para el photobook y estuvimos pintando paredes. Fue muy gracioso – Agregó el muchacho, mientras su oyente, apagaba el fuego de la cocina y giraba su cuerpo para mirarlo mientras seguía hablando -. Yasu hizo como una especie de… pájaro o – Repentinamente, el morocho dejó de hablar y se lo quedó mirando -. Ah… Lo siento.
- ¿Qué cosa?
- No, no, no, sólo… Lo siento – Reiteró el muchacho. Yuya suspiro y se acercó a él. Tomó con fuerza una de sus manos, que descansaban sobre la mesa y se arrodilló a su lado.
- ¿Crees que me molesta que me hables de tu trabajo?
- No es sólo el trabajo.
- ¿Crees que me molesta que me hables de Kanjani8?
Ryo suspiró y lo miró.
- Sí.
Yuya sonrió.
- Pero, así es mejor, ¿no? Al menos, tenemos cosas de qué hablar. Si estuviéramos juntos, en una misma banda, sería monótono. Quiero decir, ¿tendríamos cosas de qué hablar?
- Claro que sí – Dijo Ryo, teniendo como el mejor ejemplo su relación con Tadayoshi -. Estoy seguro que sí.
- Si tú lo dices – Dijo Yuya, levantándose y acercándose a la alacena -. ¿Me ayudas a llevar las cosas al living?
- Claro – Dijo Ryo, levantándose. Agradeció, en parte, que Yuya le diera las cosas en las manos y no que él tuviera que buscarlas porque, por supuesto, no tenía la más pálida idea de dónde estaban las cosas.
La cena fue amena. Hablaron de lo que ambos habían hecho durante el día. Cuando terminaron, Skull examinó a Ryo de todas formas posibles, pero no pasó mucho tiempo hasta que se acostumbró a él. Tanto fue así, que terminó durmiendo sobre las piernas del morocho.
- Mañana hay que trabajar, ¿no?
- Si quieres puedes pedir unas vacaciones en la empresa – Pidió Ryo.
- No. Si no hago algo, voy a morirme del aburrimiento. Además, ya les di demasiados problemas a todos. Kei, Massu y Shige ya me estuvieron enviando mensajes hoy.
- Ahhh… ¿Sí? Y… ¿Toma no te mandó nada?
- ¿Ikuta-san? – Preguntó Yuya, por lo que Ryo asintió con la cabeza -. Mhh… No, ¿por qué?
- No, por nada. Sólo preguntaba. Es que… Se lo veía algo preocupado por ti.
- Ahora que lo pienso… Sí se le notaba… Y a Massu también, pero, ¿por qué a ti no? ¿Es que no te preocupaste por mí? – Pregunto, fingiendo estar sollozando.
- Es que yo soy demasiado perfecto para que se me note el cansancio.
- Mentiroso – Le dijo Yuya, lanzándole una servilleta. Ryo sonrió, bostezando luego -. ¿Quieres que vayamos a dormir?
El morocho se lo quedó mirando. Por un momento, recordó las palabras de Tadayoshi.
- Ve tú primero – Le pidió -. Yo iré a darme una ducha.
- Estaba pensando lo mismo. Ve tú que yo lavo los platos.
- Está bien – Dijo Ryo, levantándose y dejando a Skull en la pequeña cama hecha para él. Entró a la habitación con el bolso que había llevado consigo y suspiró sonoramente. Sabía que esa sería la primera de muchas noches que iba a tener que dormir a su lado, pero por sobre todo, tener que fingir que lo amaba.
No tomó noción del tiempo que había estado duchándose, dejó que el agua tibia calmara de alguna forma todos los pensamientos que estaban inundando su cabeza: ¿cómo lo saludaría cada vez que tuvieran que despedirse?, ¿cómo lo haría en la empresa… frente a Tadayoshi?
Al salir del cuarto de baño, encontró a Yuya durmiendo plácidamente. Al menos dormía del lado contrario al suyo, sino le sería imposible conciliar el sueño. Sigilosamente, se vistió y acostó su cuerpo en aquella cama ajena, quedándose estático al sentir que quien se suponía debía estar dormido, emitía un quejido y volvía a sumergirse en el país de los sueños. Suspiró, pensando cuánto duraría eso, sobre todo cuando ni siquiera estaba empezando.

El sonido de los pájaros lo despertó. Al mirar la hora en el celular que descansaba en su mesa de noche, descubrió que todavía faltaba media hora para levantarse. Bufando, dejó el aparato en su sitio y estiró un poco más las sábanas, con lentitud para no despertar a la persona que se suponía, estaba a su lado, pero al no sentir ningún obstáculo para correr las sábanas, miró a su lado, descubriendo el lecho vacío. Se levantó cual resorte de la cama y pasó por todas las habitaciones del departamento hasta hallarlo tomando café en la cocina, por lo que suspiró.
- ¿Qué sucede? – Le preguntó Yuya, sonriendo por la expresión de preocupación que decoraba su rostro.
- No, es que… Me preocupé… cuando no te vi…
El rubio volvió a sonreír, antes de levantarse.
- ¿Quieres un café?
- Está bien. Con las vueltas que di, dudo mucho que pueda volver a conciliar el sueño – Le dijo, sentándose en la silla frente a él.
Yuya se levantó y puso a calentar el agua de la cafetera.
- Lo siento – Ryo lo miró -. Por preocuparte. Creo que entre lo que dormí en el hospital y aquí, tuve más que suficiente.
- También… Estuviste inconsciente una semana.
- ¡¿En serio?!
- Sí – Respondió el morocho, sonriendo -. ¿No lo recuerdas para nada?
- Mhh… No… Recuerdo que había estado hablando por teléfono con Massu, pero… Ay…
- ¿Qué sucede?
- No, nada. Me dolió la cabeza de repente.
Ryo se levantó y se acercó a él.
- Eso está mal. No te esfuerces – Le dijo, agarrando la mano que estaba sobre su cabeza -. Tómate algo para el dolor y cálmate. El doctor dijo que no debías esforzarte, que los recuerdos regresarían por sí solos.
- ¿Es que… me estoy olvidando de algo?
El aludido se lo quedó mirando. Sabía que debía mentirle, pero sus palabras simplemente no pudieron salir.
- El café – Le dijo, alertando al menor, quien giró sobre sí y se dispuso a preparar el café mientras él se sentaba en torno a la mesa.
- Aquí tienes – Se acercó Yuya con el pocillo de café.
- Gracias – Dijo Ryo, bebiendo un sorbo -. Está delicioso.
El rubio sonrió, sentándose frente a él.
- ¿Hoy terminas temprano?
- Ah, no. Hoy regreso tarde.
- Entonces, ¿no te espero para cenar?
- Por las dudas, no te digo que lo hagas.
- De acuerdo. Ahhhh… Creo que iré a tomarme un baño, ¿tú te vas? – Le preguntó, acariciando su hombro.
- Sí, dentro de un rato – Respondió, bebiendo rápidamente café para mirarlo escasos segundos y volver su atención al pocillo. Yuya se quedó en su lugar, pero al notar que no iba a recibir eso que quería de su parte, optó por irse a duchar, tal y como le había dicho. Ryo se quedó mirando la nada, bebiendo el café. Sabía lo que Yuya quería, pero le iba a costar bastante dárselo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario